miércoles, 22 de julio de 2009

Sortilegios y verdades en una isla perdida


Tras poco menos de doce horas (interrumpidas tan solo por breves visitas a la cocina y al baño) terminé la quinta de temporada de Lost. Tal como había ocurrido con el final de las temporadas anteriores, mi cabeza sigue alucinada y con ganas de más. Como es usual también, muchas son las interrogantes que quedan por resolver. Aunque también hay un par de verdades. La primera: una maratón de tu serie favorita es uno de los placeres más ricos del mundo moderno. La segunda, a continuación:

Los creadores de Lost nos han tomado el pelo durante cinco temporadas. Primero nos hipnotizaron con el cuento de supervivencia de un grupo de seres humanos que, irónicamente, redescubrían su humanidad lejos de los edificios y en medio de una isla que tenía más misterios que frutas silvestres. Nos hicieron creer que la meta era el retorno a la civilización para mostrarnos luego que, quienes lo consiguieron, se toparon con un sitio mucho más enigmático y salvaje que la porción de tierra de la cual nunca debieron salir. Todo en medio de científicos locos, salvajes liderados por un hombre que nunca envejece, una secuencia de números impertinentes, humos asesinos y un constante salto entre el pasado y el futuro.
Con tantas historias, teorías y elementos relacionados entre sí, Lost disfraza con maestría su esencia verdadera y la razón principal para ser -sino la mejor- una de las mejores series de todos los tiempos.
Y es que las grandes ficciones -en el cine, en los libros, en la televisión- tienen el común denominador de darle un tratamiento innovador a temas tan universales como cotidianos. En el caso de la serie creada, entre otros, por el siempre inquietante J.J. Abrams, nos encontramos que, tras el enmarañado de historias, Lost aborda la eterna interrogante del destino versus la casualidad ¿Todo está escrito en la vida de cada individuo o se trata de un desorden cósmico que nos hace chocar, regresar y avanzar en múltiples direcciones?
Esta interrogante -que todos nos hemos planteado alguna vez- es la piedra filosofal sobre la cual giran los personajes y sus destinos (o casualidades) todo envuelto en una amalgama de géneros que van desde la ciencia ficción -demostrando que ésta no solo tiene que ver con extraterrestres y pistolitas cojudas- pasando por la comedia, la acción y el romance.
Por suerte, quienes acertaron al crear una serie que ya es indudable referente cultural de los últimos años, lo han hecho también al darle un tiempo de vida justo para no volverse una broma de sí misma. Es así que, a comienzos del 2010, se emitirá -al parecer en forma simultánea- la sexta y última temporada de Lost.
El destino llamará entonces a una nueva maratón.

1 comentario:

Mlogger dijo...

iba a ver la primera temporada recien. gracias x el spoiler